Sé que
son más de cuatro meses denunciando la instauración de la dictadura, incluso
desde hace mucho más tiempo (Chávez vivo) ya veníamos alertando del deterioro
institucional y democrático en el país, pero aun así cuesta asumir que en
Venezuela se acabaron las libertades y ejerce el poder una dictadura pura y
dura. No hay lapsos inmediatos, aunque algunos digan que son años de lucha y
resistencia, los periodos de tiempo (2014-2017) en rebelión, no significan
mucho en la noción histórica. Pero más allá de cualquier consideración, hoy
reina la incertidumbre, ningún análisis ha sido lo suficiente asertivo para
pronosticar el desenlace definitivo del régimen, algunos mucho más próximos que
otros, pero ninguno exacto, ninguno claro, y esta es la realidad que generalmente
determina la política (incluso la vida misma), siempre existen aproximaciones,
pero nunca sabemos con seguridad, el cómo, cuándo y dónde.
No hay fórmulas,
aunque alguien pretenda exponer una “ruta clara” un “método seguro” para salir
de la dictadura, miente y solo juega con las frustraciones y esperanzas de la
gente. Acá no hay formas más legítimas que otras, todas, absolutamente todas,
deberían ser consideradas, teniendo el foco puesto en que existe un grupo
hegemónico imponiéndose por la fuerza, sin escrúpulos, capaz de asesinar y
encarcelar a todo disidente. Solo por esta razón, los sectores democráticos y
alternativos al régimen, sin importar diferencias ideológicas, desacuerdos
entre liderazgos o distintas perspectivas, se deberían mantener sólidos e
integrados en una lucha conjunta, desde todos los frentes, que logre
definitivamente la salida del régimen.
A
propósito de los ataques a la MUD y el cuestionamiento a participar en unas
eventuales elecciones regionales, ha surgido aquel falso rumor y comentario que
cita “dictadura no sale con votos”, dejando antes bastante claro que reconozco
la existencia de una dictadura “pura y dura”, además comunista (mucho más
compleja y sanguinaria aun), pero insistir en que es imposible lograr una
transición democrática con un régimen dictatorial, es ignorar la historia
política reciente de nuestra región (Ecuador 1979; Perú 1980;Honduras 1981;
Bolivia 1982; Argentina 1983; Brasil 1985; Uruguay 1985; Guatemala 1986;
Paraguay 1989; Chile 1989-90; Nicaragua 1989), respetando y reconociendo las
particularidades de cada país, son demasiados los hechos históricos comparables
que nos indican que generalmente la solución democrática/electoral es posible y
necesaria para la estabilidad de cualquier transición.
En este sentido,
considero que la decisión más sensata y COHERENTE (aunque algunos denuncien lo
contrario) que ha tomado la MUD, es que de darse algún escenario electoral
reconocido por la Constitución Nacional (99), participaran y pelearan por cada
espacio. El anuncio sobre la inscripción a candidatos para las regionales causo
un notable malestar en cierto grupo opositor, que auspiciado por un mal
intencionado sector (de tradición abstencionista), comenzaron a debutar con
críticas implacables contra el liderazgo opositor, las críticas son
bienvenidas, siempre y cuando estén sujetas a evaluación, y me da la
impresión que quienes han alzado su voz (por redes sociales) lo hacen con
cierto adueñamiento de la verdad, asumen de facto que su posición es más correcta
que la del otro, pero además irresponsablemente “argumentan” que existe un
sector de la MUD al servicio del régimen.
No hay contradicción en denunciar un fraude
(electoral y constitucional) y participar en un proceso electoral
constitucional, en las elecciones presidenciales del 2013 (Capriles- Maduro),
se denunció la irregularidad del proceso en algunos centros, la MUD desconoció
el resultado nacional e internacionalmente, por la pequeña diferencia se
impusieron las artimañas de este árbitro tramposo. Pero a pesar de ello, y a
pesar también de aquellos pronósticos de un nuevo fraude (hechos por los
abstencionistas), en 2015 con el respaldo de una mayoría contundente, logramos
una victoria aplastante en las elecciones legislativas. El CNE siempre ha sido
tramposo, fraudulento, sometido al PSUV, pero siempre que la MUD ha contado con un notable
respaldo popular y se ha mantenido estratégicamente organizada, no hay
obstáculos para imponernos electoralmente y conseguir una victoria.
Porque
era inconstitucional.
¿Por qué
si participar en las regionales?
Porque si
se cumple con el proceso que establece la constitución, sería un acto de
reivindicación democrática y constitucional (99), se incrementaría la
ilegitimidad del régimen, que, aunque pretenda demostrar por la fuerza lo
contrario, se sigue debilitando.
¿Con esto
salimos de la dictadura?
No, es un
escenario más de lucha para conquistar la libertad definitiva, no es excluyente
la participación en unas elecciones a mantener las calles en protesta, ni mucho
menos excluye la presión internacional, que por cierto comenzó a reaccionar
luego de nuestra victoria en 2015 con la Asamblea Nacional.
Sé que
mucha gente, honesta y genuina cuestionan las decisiones de la MUD, es
entendible entre tanta frustración, malestar e incertidumbre, pero más allá del
análisis emocional, racionalmente creen que la MUD quiere participar en unas
regionales para “financiarse” “satisfacer ambiciones personales” o “hacerle el
juego al régimen”, por favor, los apresan, encarcelan, persiguen, inhabilitan,
agreden, los diputados no cobran sueldos, a las gobernaciones les quitan
competencia y presupuestos, sabemos bien que esto no se trata de ganar un
espacio para un líder, ni conseguirle el puesto ideal de trabajo a alguien.
¿Errores?
La MUD ha
cometido demasiados, estratégicos y comunicacionales, ellos son en buena parte
los grandes responsables de causarle tanta frustración al venezolano, decir que
la “constituyente no va” tiene como consecuencia el gran cuestionamiento que
hoy están sufriendo. Es una carencia enorme la falta de una vocería inmediata,
clara y contundente, y mucho más terrible no tener una agenda que se ajuste a
la rapidez en la que ocurren las cosas en Venezuela.
Luego de
este extenso planteamiento descriptivo y prospectivo, espero que mis
conciudadanos entiendan, que las circunstancias en el país están como para no
seguir fomentando más problemas de los que ya tenemos. Las críticas son
bienvenidas, pero le sugiero que antes de esperar algo de otro o dar alguna
indicación, pregúntese si usted puede y sería capaz de hacerlo, porque al
parecer hay quienes, con mucha comodidad, demandan y comandan desde sus
celulares un batallón armado hacia Miraflores, o aseguran irresponsablemente
que “con todo el pesar, son necesarios más muertos” para salir del régimen. No
me puedo detener a evidenciar el desprecio por la política que algunos
demuestran, pero les recuerdo también que la antipolítica nos trajo como
resultado a Chávez.
Ante
estos tiempos difíciles, como dice un buen amigo, mantengámonos “impermeables
al desaliento” el régimen nos quiere quebrados y desesperanzados, así que hoy
debemos estar más unidos que nunca.